Los Seres Vivos guardan en su memoria formas naturales de armonización para el restablecimiento de la energía vital para la salud del cuerpo físico, mental/emocional, espiritual: Nuestra Unidad.
Esta sabiduría o conocimiento es innato, fluye natural y espontáneamente cuando nos hacemos cargo de nosotros mismos.
En el Ser humano sucede por ejemplo, cuando la mujer para compensar la tensión acumulada por el embarazo de forma instintiva lleva las manos a la cadera (cierre nº 2) permitiéndole liberar tensión. También sucede cuando el niño pequeño lleva uno de los dedos de la mano a la boca y se relaja. Sucede cuando inconscientemente buscamos aquella posición corporal que resulta agradable… Así sucedió que gracias a la observación a lo largo de los siglos el hombre se percato que con la ayuda de sus manos podía reconfortarse, encontrar alivio y curación. Observo y comparo en su grupo, en su comunidad que los resultados eran invariables cuando establecía contacto de las manos con algún lugar concreto de su cuerpo aprendiendo que estas partes eran portadoras de un mensaje de bienestar. Al mismo tiempo que aprendía a restablecer su armonía y equilibrio de forma natural, cultivo, enriqueció y nutrió su observación transmitiéndolo oralmente de generación en generación.
El hombre fue evolucionando y desarrollando su contemplación, despertando a un conocimiento superior de los aspectos emocionales y espirituales que expresamos a través de las diferentes actitudes, que predominando según la tendencia de la carga energetica positiva o negativa, deprimen o benefician nuestra salud vital. Desperto y Aprendió que como Ser vivo no era aparte de las cosas de la creación, sino Uno con el Universo; comprendiendo que las variaciones del tiempo, las lunas, el cielo y sus estrellas, los ríos, los mares, las plantas, el aire, el sol, el fuego influían sobre la naturaleza de los Seres Vivos…
Muchos fueron los hombres sabios de oriente que recogieron y profundizaron en este antiguo y ancestral conocimiento que dio origen a formas diversas de armonización natural que hoy se conocen con muchos nombres. Paso el tiempo y, este ancestal conocimiento cayo en el olvido, limitando al hombre a depender para sostener su integridad vital. Sin embargo el Maestro Jiro Murai estaba convencido que existía y se podía recuperar una forma sencilla que permitiera al hombre hacerse cargo del propio restablecimiento de su salud como él mismo experimento cuando supero un enfermedad terminal con la ayuda del uso de sus manos, practicando los Mudras que hoy conocemos en Jin Shin Jyutsu. Esta experiencia marcaría un antes y un después en la vida del maestro Murai que se consagraría al estudio, contemplación y transmisión de este Antiguo Arte de Sanación que llega a nosotros gracias a la infatigable Mary Burmeister y a sus discipulos, a los maestros y alumnos y a todos aquellos que sienten la necesidad y gratitud de esparcir las semillas del Conocimiento del Jin Shin Jyutsu.
Jin Shin Jyutsu es Arte que Naturalmente Sin esfuerzo y ajustándose al ritmo, desarrollo y evolución de la naturaleza propia del individuo le ayuda a liberarse, a emerger, le impulsa, potencia, nutre, reafirma y orienta aspectado favorablemente todas sus acciones, actitudes, aptitudes encaminadas hacia su satisfacción y evolución, despertando nuestra verdadera razón de Ser gracias a la iluminación y recuperación de nuestra memoria que pulsa en cada celula de nuestro cuerpo para vivir y expresar el Ser que Somos y Es. Un todo en nuestras manos para un sostener continuo que otorga al hombre libertad, independencia trayendo consigo la Armonia y Equilibrio de todas nuestras funciones.
Con Gratitud,
Eterna Es Jin Shin Jyutsu
Con Gratitud,
Eterna Es Jin Shin Jyutsu
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